

Cualquier fan de Pulp que los viera en su triunfal gira de regreso de 2024 se hubiera conformado con volver a escuchar los clásicos de los 90 que creían para siempre en el pasado. Sin embargo, las nuevas canciones que iban incluyendo en el repertorio eran señal inequívoca de que Jarvis Cocker y compañía no tenían ninguna intención de convertirse en una atracción nostálgica. Ahora, cuando aún no ha transcurrido un año desde su último concierto, las leyendas del britpop llegan con un nuevo álbum bajo el brazo. A pesar de que ha transcurrido casi un cuarto de siglo desde el anterior, More es el resultado de un proceso inusualmente ágil. “Los dos últimos álbumes (This Is Hardcore de 1998 y We Love Life de 2001) tenían un elemento conceptual que ralentizó todo”, explica Cocker a Apple Music. “Esta vez decidimos que íbamos a grabar sin darle más vueltas. Ya tendrás tiempo después de pensarlo. El resto de tu vida, concretamente”. En More, la banda suena como si las dos primeras décadas del siglo XXI nunca hubieran existido y regresan a ese espacio singular entre la decadencia disco (“Spike Island”, “Got to Have Love”) y la elegancia envuelta en cuerdas (“Tina”, “Farmers Market”). Como eternas ovejas negras del pop británico, Pulp siempre supieron reírse de sí mismos y la sabiduría que solo llega con la experiencia los distinguía de la facción más áspera y cervecera de la escena. En lugar de glorificar el hedonismo juvenil, sus canciones exploraban relaciones adultas. Por eso ahora, cuando Cocker pasa ya de los 60, pueden regresar con toda naturalidad a su papel como agudos cronistas de costumbres sociales y conductas reprobables. Su nuevo álbum refleja las preocupaciones candentes de un cantante consciente del paso del tiempo. Sobre un ritmo que recuerda al Iggy Pop callejero de “The Passenger”, la urgente “Grown Ups” captura a quien hace casi tres décadas cantaba “Help the Aged” (Ayuda a los mayores) confesando que ahora se preocupa “por las arrugas en lugar del acné”. El esplendor de “Background Noise” remite a Phil Spector, pero es el retrato de una larga relación en la que la familiaridad se ha convertido en desprecio. “The Hymn of the North”, una balada con el piano de Chilly Gonzales, conjuga melancolía y majestuosidad con asombrosa sofisticación y demuestra que Pulp todavía juegan en una liga diferente.